Emilio Hidalgo: Renovación de la Imagen

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Alejandro Useche



Si bien la producción artística de Emilio Hidalgo (Puerto Cabello, 1925) se caracterizó hace tres décadas por la preeminencia de una estética marcadamente figurativa, realista y con los ojos vueltos hacia afuera, a finales de los 80 se genera en su obra un proceso de cambio que consigue un verdadero 'quiebre' o 'liberación' en los últimos cuatro años. Su obra más reciente ha aprendido a mirar hacia adentro, explorando la inmediatez de su vida cotidiana, su mundo vital  y afectivo, así como la dimensión simbólica del sí-mismo.

       Para una mayor comprensión de su obra, proponemos una clasificación provisional a partir de tres medio expresivos, a decir, pintura, artes gráficas y dibujo. Dentro de la pintura, Hidalgo ha desarrollado dos núcleos dominantes: por un lado, aquellas propuestas visuales enmarcadas en variantes de las corrientes postcubistas y postconstructivistas, en las cuales la representación ha sido simplificada en formas geométricas planas, cerradas, armónicas y racionales. Estas figuras se organizan en el espacio ya sea a modo de 'collage' o de 'ensamblaje' y, aunque a veces son monocromáticas, frecuentemente están 'moteadas' con colores análogos. En este punto, sus tópicos son bodegones con objetos suspendidos (Sin título, 2001), construcciones abstractas (Rompecabezas, 2001; Sin título, 2001), bodegones de frutas, botellas y jarras (Bodegón, 2000; Bodegón con patillas, 2000; Bodegón con cambures, 2002), y escenas urbanas donde se impone el anonimato. Este primer grupo de obras implica una ruptura profunda con su trabajo plástico anterior, un atrevimiento, un paso hacia imágenes propias; sin embargo, consideramos que aún no ha dado sus mejores frutos. En este sentido, son una transición, preformas de obras futuras. Aún está la fascinación por lo formal, por el nuevo sentido de construcción encontrado. 




       No así sucede con el segundo núcleo dedicado al volkswagen, tópico de una serie de telas que, superando las formas, proviene del espíritu con la libertad y la frescura que ello implica. A partir del empleo de figuras y planos geométricos, así como de la simplificación eficaz de la imagen del volkswagen y de su fragmentación, ampliación y repetición, Hidalgo genera un circuito visual cargado de lirismo y sentido lúdico. El volkswagen se convierte en un protocarro, en un verdadero símbolo: carros-fecto, carros-bodegón, carros en espacios oníricos, el carro en la ciudad o junto a la montaña. Siempre el volkswagen, con sus características curvas y como parte de una historia colectiva e individual a la vez. A pesar de la ausencia de la figura humana, estos carros están llenos de vida; literalmente son hijos del hombre, como lo indica la pieza Nacimiento de un VW (2000): un volkswagen flotando en el líquido amniótico de una mujer, cuyas vértebras de la columna son una concatenación de la silueta de este automóvil clásico. Sus volkswagen son lúdicos y humildes y describen un trayecto o desplazamiento de vida.




       En relación a su obra gráfica, destaca una serie de colografías abocadas a imágenes de gran sencillez y expresividad que podrían emparentarse con lo orgánico (microscópico o celular), por un lado. En este orden de ideas, son paisajes de lo invisible. Piezas como Gestación, 1998; Ritmo I, 1997; Ritmo II, 1996; Talla en madera con flores, 1996; y Sin título, 1999, parecen apuntar en esta dirección. Por otro lado, este conjunto de piezas parecen ligarse al jeroglífico, a marcas o inscripciones antiguas, las cuales, precisamente en su simplicidad, adquieren un valor arquetípico, relacionándose con la gestación, el laberinto o la tierra. Hay otro grupo de obras dedicado a los animales, ora elegantes e inanimados como Historia de un caballo (1998), ora abisales y feroces como Pez (2001). Asimismo, otras estampas recorren el camino que va de la mitología clásica o del imaginario medieval (Fauno, 1989; Adoradora del sol, 1996) a una mitología del futuro o de mundos inexistentes (De otra galaxia I y II, 1989). Otras piezas parecen simplemente indagar en el misterio, en lo indeterminado (Imágenes virtuales, 2001; Detrás de la red, 2001). 




       Hidalgo en su producción gráfica abarca un amplio espectro técnico: aguatinta, aguafuerte, serigrafía, colografía, intaglio, linóleo, xilografía, punta seca, aguatinta al azúcar, collage y china collé, entre otras, lo cual incluye intervenciones con acuarela u otros materiales. Desde estos recursos, explora constantemente las posibilidades de la materia, de los giros y efectos visuales. Las texturas ocupan un lugar especial en su obra. En este sentido, los fondos son, en sí mismos, texturales, a la par de constituir indagaciones lumínicas. En el marco de estas búsquedas, vale la pena mencionar su serie de impresiones en blanco dedicadas al tema del "trotador" (1998). Incluso, en su pintura son frecuentes las texturas de "mallas" o "bordados" que enriquecen la visualidad. 

       No es posible hablar de dibujo en Emilio Hidalgo como una categoría aparte, ya que toda su obra es esencialmente dibujística. Sin embargo, es necesario mencionar, por su rareza y expresividad, las obras o experimentos Cuatro amigos (2000) y Protesta (2000), porque son únicos en el repertorio hidalguiano. Muestran el aspecto gestual, confuso, informe, dramático y violento de la vida: dibujos libres de formas humanas o seudohumanas que se entrecruzan y 
enredan. 




       Hidalgo también ha explorado el tema religioso, como en Ídolo precolombino (2000), pieza curiosa en cuanto combina la ortodoxia cristiana y lo aborigen americano, así como por el uso total de materiales extrapictóricos. 




       Por último, su Autorretrato (s/f) nos brinda una pista decisiva: Hidalgo se ha renovado. Baste comparar los desnudos y retratos de su primera etapa con su obra reciente. Su cambio plástico es un cambio humano. Es por ello que es de especial interés que esta imagen muestre un Hidalgo más moreno, sonriente y rejuvenecido. De esta manera, vestido de rojo-púrpura, detenta el cardenalicio de sí mismo. 






* Publicado en el catálogo Emilio Hidalgo: de volkswagens, trotadores, células y otras galaxias. Dirección General de Salud Ambiental MSDS y Expressum Liber, 2002. 








 contracubierta del catálogo: 












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