Pedro Ugueto. Figuras de la Tierra y la Memoria

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Alejandro Useche



        Cuando una imagen no aspira a deslumbrar, silenciar o adular por medio de su despliegue, cabe, entonces, la posibilidad de la intimidad. En estos términos se muestra la obra cerámica de Pedro Ugueto. Estamos hablando de conjuntos sustentados en la sencillez, el gesto sugerido y el grosor psicológico, los cuales, con su presencia, generan espacios de privacidad en interacción con el espectador. Valiéndose de la arcilla, Ugueto produce formas que exploran iconos religiosos, históricos y literarios de la memoria nacional, así como costumbres y tradiciones populares que ratifican valores y afectos colectivos. En esta línea de trabajo, destacan Juegos tradicionales (1998), Pobre Negro, Juan Primito y Diente Roto (2002), La loca Luz Caraballo (2002) y Negra Hipólita (2002). La relación con su territorio también se traduce en representaciones de pueblos, barrios o comunidades, en una visualización paisajista alegre y cálida, como en los casos de Vecindarios (2002) y Cerros de Caracas (2002). 




      Si bien Ugueto recurre a la reinterpretación humilde y expresiva del acervo icónico cristiano y de la memoria histórica nacional, también se ha abocado a la creación de un conjunto de piezas desligadas de lo referencial, alegórico o externo, en el marco de una búsqueda de "formas psicológicas" y construcciones fundamentadas en el "valor interior". Son figuras humanas que, aunque anónimas, poseen una caracterización propia. Condensan dolor, constricción, sacrificio, descoyuntamientos psíquicos, o bien placidez, ingenuidad y gratitud espiritual. De este modo, a pesar del carácter individual de sus figuras, éstas acceden a la esfera de lo universal en cuanto expresan estados psíquicos y circunstancias abstractas comunes a todos los hombres. Así, Pensador; Pensador verde; Indígena, Quijote y Sancho Panza; Mujer medieval; el conjunto de seis piezas Rostros; Evelyn; Inocente y la ya citada Pobre Negro, Juan Primito y Diente Roto, todas del año 2002, son buenos ejemplos de esta otra línea de trabajo.




       La obra Quijote y Sancho Panza muestra un cruce o ligazón entre el "desfacedor de entuertos" y Jesús el Cristo, analogándolos a partir del sentido de sacrificio y la aspiración a ideales trascendentes que caracterizan a estos símbolos de la cultura occidental. Su rostro, así como los de Indígena y Evelyn participan de lo deforme y perturbador, explorando las posibilidades del "yo impuro" y del "límite psicológico". Son contorsiones, dobleces o irregularidades leves en la superficie de la arcilla que no aspiran a producir temor. No descuellan, ni dramatizan en exceso. Con discreción, Ugueto introduce "rasgos inquietantes" que impelen a reflexionar. Es así como los cuerpos se tuercen, ablandan, encorvan o alargan en una suerte de anatomía ascética. 




      De manera similar, los ojos de Rostro de Cristo (2002), cubiertos de polvo de hierro, completan a un "Redentor2 espiritualmente oscuro. Pedro Ugueto frecuentemente une lo estético y lo utilitario, produciendo porta-Biblias, rosarios y vasijas. Por otro lado, hay que decir que no sólo se sirve de la arcilla (trabajando así, una memoria de la tierra), sino también de la técnica del rakú, así como de la bisutería, el mecatillo y diversas pátinas de color. Es oportuno comentar, además, que este artista posee una especial fascinación por las máscaras. Esto no resulta extraño si se piensa que el rostro es un foco primordial de la identidad y el psiquismo humanos, aspectos claves dentro de la obra de Ugueto. 




       Por último, hay que señalar que, aunque Ugueto sea una figura nueva dentro de los espacios expositivos de Aragua, su obra posee ya elementos identificadores y una cualidad expresiva de interés dentro de la escena del arte popular regional. Su trayectoria ha estado a espaldas del "cronómetro del artista contemporáneo" y a la capacidad legitimadora de las instituciones. Son obras nombradas en la intimidad, que es el espacio que realmente valida los productos creativos. 





* Publicado en un catálogo o de autor titulado Pedro Ugueto. Figuras de la tierra y la memoria, Maracay, estado Aragua, noviembre de 2002. La exposición se inauguró el 22 de noviembre de 2002 en la Sala de Exposición de la Casa de la Cultura, Maracay, estado Aragua. Se imprimieron 70 ejemplares. Curaduría y museografía: Alejandro Useche; Coordinación de la Exposición: Morela Hernández y David Olivares. 





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