Heinz Dollacker: Entre el fauno y el ángel

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Alejandro Useche



        En el símbolo de los distintos órdenes de la realidad se comunican, empalmándose la materia y lo metafísico, lo inferior y lo superior, las conyunturas y lo eterno. Asimismo, el símbolo es la reunión de los contrarios y comporta una tensión que no es posible resolverla por medio de la conciencia y el razonamiento. Estos dos aspectos fundamentales del símbolo adquieren sentido y una fuerza muy singular en la obra de Heinz Dollacker, artista aragüeño de origen alemán, que ha trabajado la plástica, la gráfica, la escultura y la cerámica.

       El proceso creativo de Dollacker es profundamente diverso y discurre entre lo metafísico, social o surreal, así como entre el retrato, la caricatura y el paisaje. En particular, su obra metafísica destaca por una articulación simbólica de gran complejidad, en la cual se aprecia una incorporación genuina del símbolo, es decir, una que no ha tenido lugar por operaciones intelectuales sino por una experiencia interior. Contemplar la obra de Dollacker es servirse de las mitologías, doctrinas y tradiciones griega, romana, judeocristiana, alquímica, astrológica, budista y esotérica en general. La vida interna del artista se entronca con realidades superiores, estableciendo relaciones, en la esfera plástica, entre formas en apariencia disímiles.

       La obra de este artista aspira a la elevación y a la superación del espíritu por encima de la materia, pero también es un espacio para la fascinación y la liberación del instinto, así como para las fuerzas oscuras. Un yo-celeste y un yo-escatológico se confrontan y libran una contienda que toma direcciones distintas en uno y otro caso. Es, sobre todo, un movimiento, una existencia nunca definitiva, porque el hombre no es ni ángel ni fauno, expresión zoógena mínima ni dios: el hombre oscila entre lo superior y lo inferior y es este punto intermedio lo que revela su indeterminación. La obra de Dollacker es la cópula entre el fauno y el ángel, es masticar la luz y la sombra. También es el delirio y la abolición de las normas lógicas. Por medio de la tensión lúdica y la hibridación, este artista habita nuestros sentidos de seres y objetos inusitados. Sin embargo, a pesar de su sentido del juego, un desgarro atraviesa las formas. Por otro lado, Heinz Dollacker no sólo representa en sus piezas la lucha interna del hombre, sino también la que éste sostiene con el mundo externo. Valiéndose de alegorías, enuncia la pobreza, la muerte, la envidia, lo grotesco y la locura como realidades perturbadoras y que empujan a la neurosis. Afuera domina lo oscuro y el artista, en el medio de todo, es el bufón, el rey inverso o místico que se inmola a sí mismo.



* Publicado en el catálogo Heinz Dollacker; entre el fauno y el ángel, Museo de Arte Contemporáneo de Maracay Mario Abreu, 2001. 

2 comentarios:

Unknown dijo...

Heinz Dollaker .combatiente en la segunda guerra mundial que llego a venezuela como minero artesanal ,su conviccion de artista lo mantuvo vivo y en estas tierras donde nadie hace preguntas consiguio refugio ,,me cruze con èl ,el tenia 70 y yo 20 .

Unknown dijo...

....También tuve el placer de conocerle, era un asiduo en las noches del night club Hipocampo allá en la Caracas de finales de los 60 donde yo actuaba..
Era un hombre afable, sencillo como cualquier sabio.
Vive en mis recuerdos.

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