Alejandro Useche
Tiempos de Vírgenes (1)
Con el presente conjunto de obras, Ana Nóbrega reitera la diversidad visual que distingue su labor creativa. Vírgenes de épocas y culturas diversas se transforman en huellas arquetipales de la Madre, en impresiones esquemáticas sin la complicación visual de fondos o contextos y, por lo tanto, universales y directas. Consideradas como una serie, éstas conforman un tramado atemporal de variaciones iconográficas sobre un mismo tópico. En este sentido, los atuendos, coronas, posturas y demás atributos de las figuras, vienen a ser significativos no sólo como exploración sintáctica, sino como indicadores de significados particulares, lo que permite identificar ya sea a Nuestra Señora del Cobre, a Nuestra Señora de la Leche o a Nuestra Señora de la Candelaria, por ejemplo. Es relevante indicar la tendencia monocroma del grupo y la importancia del arabesco como estilema connotador de cierta feminidad, de la opulencia y esplendor espirituales, así como de un carácter histórico implicado. El soporte, así mismo por ser simulacro del oro constituye una base kitsch sobre la cual se desarrollan imágenes de lo sagrado popular. Queda entonces, lo imprescriptible: la intimidad de quien mira.
Cerrando un ciclo /
El arte como herramienta de vida (2)
Desde hace más de una década, la artista visual Ana Nóbrega ha desarrollado una serie intitulada Sembremos el petróleo, contentiva de un grupo de piezas que, aunque construida desde materiales y lenguajes diferentes, convergen en una sola imagen de sentido: la reformulación del petróleo como símbolo ecológico y social. Así como lo que se muestra como una contradicción lógica en la titulación, se transforma en una contradicción simbólica. De este modo, no importa la poca congruencia del enunciado con la realidad externa, sino la tensión psicológica implicada en la obra. En realidad con la imagen del petróleo Nóbrega parece referirse más bien a la incongruencia entre la realidad externa y las necesidades psicológicas colectivas.
Si tomamos en cuenta que en la obra de Ana Nóbrega el petróleo es una imagen arquetipal de la madre tierra, más específicamente en su sentido germinal, originario y oculto, se plantea aquí el problema de sembrar y darle vida a la vida misma; no en sus productos, derivados y aspectualizados, sino en su esencialidad.
Este summum terrestre puede ser entendid, en estas obras, en dos acepciones. Según la primera, es un líquido materno convertido en tejido o urdimbre. Sobre blancos, Nóbrega despliega líneas dinámicas y fluidas que tejen paisajes abstractos, patrones visaules complejos donde todo circula y forma una unidad. En este punto, la parte o fragmento no es relevante. Sólo el entramado organiza lo natural. De eso se trata: de estructurar y dar sentido nuevo no tanto a la tierra como elemento, sino a todo el planeta como casa simbólica y como tejido humano.
(1) Publicado en el catálogo Tiempos de Vírgenes de Ana Nóbrega, Casa de la Cultura de Maracay, 2003. La exposición se inauguró en la Sala Pequeño Formato el 2/5/2003.
(2) Publicado en el catálogo El arte como herramienta de vida. Relatos de resiliencia en la vida y obra de Ana Nóbrega, Museo de Arte Contemporáneo de Maracay Mario Abreu, 2012. Una versión resumida se publicó en el catálogo Cerrando un ciclo. Obras de Ana Nóbrega, City Gym Fitness Center, Maracay, 2004. Se inauguró el 29 de julio de 2004.
1 comentarios:
Muy bueno el material compartido
Publicar un comentario