Texto: Alejandro Useche
Fotografias: Carlos Chirivella
Fotografias: Carlos Chirivella
Julio Jáuregui es un artista plástico, narrador, poeta, dramaturgo y médico, nacido en Madrid (España) en 1934, quien se traslada, ya de manera definitiva, a Venezuela en 1948. Sus primeras clases de dibujo las recibió de Pedro Centeno Vallenilla. Sin embargo, esta experiencia académica dura muy poco y Julio decide seguir su propio camino. De esta época son sus primeros dibujos en tinta china, los cuales plasmaba en un cuaderno de dibujo. Muy pronto, en 1950, expone su incipiente trabajo junto a Jorge Moscoso, en el liceo José Félix Ribas de La Victoria, estado Aragua. Desde muy joven, Jáuregui se involucra en la esfera política y se compromete con las causas sociales, lo que origina su detención en La Victoria en 1952 por ilustrar panfletos contra el gobierno de Marcos Pérez Jiménez. Esta inclinación tiene sus raíces, en gran medida, en las actividades políticas de su padre, Gabriel Jáuregui, y que Julio observaba desde niño. Más adelante, en la primera mitad de los años 60, se sumará a la causa subversiva izquierdista venezolana.
Julio Jáuregui, Sin título, s/f |
Médico cirujano por la Universidad de Los Andes y Licenciado en Letras por la Universidad Central de Venezuela, durante su vida explorará facetas artísticas muy diversas. En un principio, el teatro --desde su relación con el Teatro Universitario de la ULA-- en calidad de actor, pero, sobre todo, como dramaturgo. Cursa estudios de teatro en la Universidad de Santiago de Chile y viaja becado a Rumania en 1974 para estudiar Dirección Teatral, estudios que Jáuregui no finaliza y regresa a Venezuela. Ya en el país, ingresará al grupo de teatro "La Misére" en Maracay, integrado por Ramón Lameda, Alfredo Fuenmayor, Otto Rodríguez, Roger Rodríguez, Alberto José Suárez y Nelly Velásquez, entre otros. Es con "La Misére" que Jáuregui realizará la mayor parte de su obra dramatúrgica: El vendedor de espejos (1978), Camino sobre camino (1979), Se solicita una mano para el general (1979) y Reina de Bastos (1983). Ya fuera de la agrupación, escribirá otras piezas, como El Personaje (1991) (montada posteriormente por "La Misére") y Las ratas (1999) (ganadora del Premio CONAC de Teatro para Dramaturgia Santiago Mariño).
Julio Jáuregui, Medúsfora, 1992 |
Jáuregui tambiñen se ha dedicado de manera significativa a la actividad literaria y, aunque publica la novela Bracamonte en 1977, este escritor se mueve con más seguridad y profusión en la cuentística. Su primer libro de cuentos, Final de otro sombrío (1973), estuvo seguido por la narración Las aguas profundas de su cuerpo --ganadora en 1978 del Concurso de Cuentos de El Nacional-- y el libro Tercera sangre (1979). Asimismo, escribió para la columna "Socaire", de El Nacional, y cofundó 1975 la revista Estría, donde aparecieron varias narraciones importantes, como Librámptaros, Manamás y La última tranquilidad. Por otra parte, ya desde finales de los años 60, Jaúregui explora la palabra poética como un género que, aunque en un principio le permite expresar ideas sociales (como en los poemarios Seguir intentando, 1977, y Voces, 1978), paulatinamente estará al servicio de la interioridad (Rituales, 1988, y Sueños, 1999).
Julio Jáuregui, Sicofranio III, 1993 |
Aparte de la ya referida aproximación al dibujo (clases de Centeno Vallenilla y panfletos políticos) y de su propósito fallido --por presión materna-- de estudiar en la Escuela de Artes Visuales Cristóbal Rojas de Caracas, Jáuregui regresa a las artes visuales como medio expresivo en 1962, cuando estudia Grabado y Pintura en la Escuela de Artes Plásticas de Mérida. Sin embargo, no es éste su género artístico dominante durante esta década. Su relación con la pintura es muy irregular durante la década de los 70. Sólo en los años 80, Jáuregui establece un vínculo más estrecho y sistemático con la plástica, y comienza a exponer con mayor regularidad en espacios como la Federación Médica de Venezuela, Galería Alejandro Ríos, Teatro de la Ópera de Maracay, Galería Ceproaragua, Galería CANTV y Galería El Cierrismo. Pero no es sino a partir de 1987, al integrarse al "Grupo Sabaneta", cuando sucede un cambio fundamental en su lenguaje plástico, una vuelta de tuerca que no sólo encaminará su obra por nuevos derroteros, sino que hará de la pintura la vía de expresión dominante en su posterior desarrollo artístico. El "Grupo Sabaneta" estuvo liderado por el maestro Jorge Chacón, e integrado por José Caldas, Pablo Gómez, Francisco Padrón, Cristóbal Pérez Galeano, José Antonio Sucre y José Miguel Uzcátegui; y de una manera más transitoria por Carlos Cabrera, Francisco Díaz, Luis Moreno y Simón Paiva. Su relación con este enclave de artistas plásticos lo hizo desligarse de su tendencia narrativa en la pintura, le indujo al empleo del color como elemento cardinal en la construcción pictórica --en especial, el color puro y saturado-- y le brindó un ambiente propicio para desarrollar la libertad creativa. Desde este momento, Jáuregui participa no sólo en las colectivas del grupo, sino en salones y bienales, confrontando su trabajo con otros artistas: Salón Capmi-Aragua (Accesit, 1991), Salón Nacional de Arte Aragua, Bienal de Yaracuy (Primer Premio, 1991), Salón Nacional de Pintura Bicentenario de José Laurencio Silva (Primer Premio, 1991), Salón de Arte Tito Salas (Primer Premio, 1992), Salón Corpocentro (Mención de Honor, 1992), Salón Nacional de Pintura Guanare (Mención Especial, 1992), Salón de Arte Pío Echenagucia (Primer Premio, 1992), Salón Francisco Lazo Martí (Primer Premio, 1992), Salón de Pintura de Carúpano (Segundo Premio, 1992) y Salón Anual de Pintura de Bejuma. Es un período de expansión como artista plástico, cuya acción se intensificó con su participación en la muestra itinerante Pinturas paisajistas, organizada por el Museo de Arte Contemporáneo de Maracay Mario Abreu en 1992. Ese año fallece el maestro Jorge Chacón, causando la ulterior desintegración del "Grupo Sabaneta". Posteriormente, Jáuregui cofundará el grupo "Rojo Espeso" junto a José Caldas, José Arcadio Carrasquel, Luis Dedorry y Francisco Padrón. En esta nueva etapa, Jáuregui, aparte de realizar diversas exposiciones individuales o junto a "Rojo Espeso", y de participar en salones y bienales, muestra su trabajo fuera del país en la colectiva Pintores de Aragua en el Museo de Pamplona (Colombia), en 2000. Ese mismo año recibe el Premio Regional de Artes Visuales, otorgado por el Museo de Arte Contemporáneo de Maracay Mario Abreu. Como respuesta a este reconocimiento se ha decidido realizar la exposición Julio Jáuregui: Las deshilachadas hebras de la cordura en una de sus salas principales.
Julio Jáuregui, Erotia, 1994 |
Las deshilachadas hebras de la cordura
Observando detenidamente la producción plástica de Julio Jáuregui, se ha establecido la preocupación básica que la anima: la dimensión psicológica del hombre. Comprender las emociones, sentimientos, pulsiones, motivaciones y contradicciones más profundas del ser humano es el significado último de su obra, no sólo pictórica, sino también dramatúrgica, narrativa y poética. Para ello, Jáuregui recurre a los orígenes del hombre. Siguiendo su evolución biológica, explora la información filogenética, arrojando luz sobre sus aspectos ocultos y más básicos. También los más terribles y oscuros. En este sentido, la obra de Jáuregui se ha abocado, en líneas generales, a la expresión y comprensión de la "animalidad" del hombre, en especial, de los aspectos más crudos, insólitos, inaceptables e, incluso, grotescos. A partir de sus reflexiones y de su capacidad imaginal, y auxiliado, en cierta medida, por las teorías del Cerebro Triuno --que postulan la existencia de los cerebros neocortical, límbico y básico--, este artista crea una mitología muy singular donde los tópicos dominantes son la violencia, la autodestrucción, las ansias de poder, los instintos territoriales, el dolor y todas las emociones desintegradoras, el erotismo como camuflaje del instinto, la construcción de una imagen femenina tanática, la locura, el delirio, y la destrucción del medio ambiente como consecuencia directa de la animalidad humana.
Julio Járegui, Manamás, 1999 |
De su amplia mitología, Las deshilachadas hebras de la cordura ofrece un tránsito por la obra de Julio Jáuregui que condensa, en sus rasgos esenciales, las ideas ya expuestas. Ubicándolo en el origen de las formas orgánicas (Eclosión, 1997), el visitante podrá comenzar su recorrido explorando las categorías básicas de la animalidad humana expuestas por Jaúregui: librámptaros, kinívoros, felinos y reptilianos (ver obras Librámptaro azul, 1997; Kinívoro 5, 1995; Tercera sangre, 1998; Felino 20, 1999; y Reptiliano III, 1996). Un segundo foco visual agrupa --en un sentido espacial amplio-- algunas de las configuraciones femeninas más importantes en su obra: desde la protourdimbre, es decir, desde la madre (Madre nuestra, 2001) o desde las aguas femeninas primordiales (Medúsfora, 1992), pasando por diversas imágenes femeninas caracterizadas ora por su carácter grotesco (Lo comprendo todo, 2001), ora enjuto y famélico (No hay verano en sus ojos, 2001), ora mortífero (Medusa, 1994), ora erótico y dionisíaco (Erotia, 1994). Con respecto a Erotia, el compás se abre, abarcando otros contenidos análogos, como la sensualidad y el cortejo. Asimismo, Convertirse en pájaro (1999) y El lado oscuro (1998) refuerzan la idea central de la muestra: el hombre tiene un lado manifiesto y un lado oculto, un reverso y un anverso, y esta dualidad es su contradicción prístina. Los aspectos más inquietantes del hombre se reflejan en una fisiología ya sea dura, feroz y amarga (Delante del buitre, 1997) ya en una confusa, abigarrada y distorsionada (Unicóforo, 1997). Esta exposición se ha propuesto la realización de un recorrido por lo abyecto del hombre, esa herencia que lo subyuga y lo conduce al delirio y la locura. Una vez que se pierden definitivamente los límites (Membrácido, 1991), sólo queda la locura terminal, una presencia vaciada (Manamás, 1999).
Julio Jáuregui, Mirando el mar, 1998 |
Consultas realizadas
Chirivella, Carlos R. (2002). Julio Jáuregui. Cronología comentada. Texto para catálogo de la exposición Julio Jáuregui: Las delihilachadas hebras de la cordura. Trabajo no publicado, Museo de Arte Contemporáneo de Maracay Mario Abreu.
* Publicado en la Guía Didáctica N.º 45 Julio Jáuregui: Las deshilachadas hebras de la cordura. Museo de Arte Contemporáneo de Maracay Mario Abreu, Maracay, 2004.
4 comentarios:
Abuelito.. que podamos dar honor a tu legado.
Te amo Papá, me enseñaste la mejor versión de la libertad a través de tu obra. Recibí cada día el legado de tu amor de padre, como los barrotes del sol, siempre en mi memoria de forma incolume.
Juraima Jáuregui Araque
Esta crónica es un hallazgo. Estoy buscando un libro del Sr Julio Jáuregui. El Cangrejo Volador. Si puede alguien ayudarme sería ideal. Gracias. 04269305306.
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